BLOG __ AMBOADES __ Nº 79

6.AGOSTO.2015 (Transfiguración del Señor) Época 14/15 - Nº 28, 

Por MIGUEL ÁNGEL FLORES G. - ENÓLOGO

•|• CURSO  DE  VERANO   2015   CONCEPTOS •|•

"EL VINO Y SU ERÓTICA, QUÉ NO AMOR" (1-2)"

PARA  TODO EL MUNDO (MAYOR Y MENOR DE EDAD PARA QUE TENGA BUENA INFORMACIÓN) 

· El amor en verdad a veces lo confundimos y lo debemos llamar deseo y atracción física, es decir sexo, siendo eso que así en verdad, que forma parte de la vida de muchas personas la mayoría realmente, y vino forma parte, o mejor dicho es un buen adjetivo y una de las delicias de la vida. Así pues, al vino se le relaciona con los placeres sensuales, ya desde tiempos inmemoriales, pero sobre todo en nuestra cultura más cercana, la cultura de la región del mediterráneo, que además a lo largo de miles de años, siempre ha ido acompañando a todos los momentos de placeres e inhibición, llegando a darle hasta un dios en las diversas culturas, que han ido teniendo importancia a lo largo de la historia. Dando pues al sentido del beber vino una gran pertenencia a la cultura del erotismo y el deseo carnal, bien dicho así, y no del amor, que definitiva se debiera tener a éste en más alta estima. Existiendo por tanto a lo largo de la literatura diferentes aspectos en el sentido del erotismo y el vino, cómo el erotismo báquico que embriaga a los protagonistas,siendo un buen ejemplo el caso de Giacomo Casanova en "Historia de mi vida". 

· Pero antes de llegar a reconocer la erótica del vino del conquistador italiano, debemos recordar que este caballero mama de la tradición de la que se nutre éste galán, y no es otra que el pilar real de nuestra civilización como la conocemos hoy y esa tradición viene de la la Grecia mas Antigua. Veamos un ejemplo, la espoleta de la Guerra de Troya, París el raptor de Helena, conquistó a la joven porque fue debilitando su voluntad con buenas dosis de vino de Troya, es decir que la emborrachó.

· Visto así y siendo muy simplista, parece ser que el vino despierta a los sentidos, así tranquiliza y adormece a la razón y después cede a los deseos del ardiente corazón, cargado de deseo. Ya sabemos que Dionisos fue dios del vino y en consecuencia de la embriaguez y el deseo que no amor más encendido, y dislocado. Éste dios en su cortejo iba honrado siempre de criaturas diversas, centauros, sátiros bien dotados llenos de ganas de sexo y más que erotismo, casi lujuria, pocos hombres muy ebrios y muchas mujeres, las bacantes estas mujeres eran las más fieles seguidoras de Dionisios, en forma de nodrizas o frenéticas amantes, llegando a tal punto de su éxtasis que llegaban a ser las mayores expertas en el arte del sexo para con los hombres, pero después en su locura, llegaban a ser despiadadas sin limite al punto de su clímax de llegar a matar, despedazar y hasta comerse a los hombres en su punto máximo de pasión y desenfreno.