DATOS SIMPLES

     El consumo de alcohol entre la juventud, menores de edad y “ya criaditos” (hasta los 26 años) está en permanente progresión y aumento, paralelo al consumo de otras drogas como son la cocaína, el cannabis o las “pastillas”. Siendo la palabra alcohol necesaria para y por estar dentro del vino, es muy difícil hacer que los datos sean discriminatorios.

Partiendo de esta dificultad creo sin intención de equivocar y a niveles generales que la realidad de los últimos 25 años ha sido, un aumento del consumo de alcohol de un modo totalmente multiplicado y desproporcionado haciendo de la población que consumía alcohol, en aquellos tiempos era una minoría de la juventud de entonces y ahora cada vez es mas mayoría, como si se hubieran invertido los términos en estos años.

Le edad media de hace 25 años en esos consumos oscilaba de entre los 18 y 25/26 años, y en la actualidad es difícil encontrar a algún joven de 14/15 años que no haya bebido algo en un año de su vida, haciendo que la horquilla este en aumento también como se podrá uno imaginar.

Si también se sabe que en el último año solo se consume vino en España como en Dinamarca ¿Por qué tanta campaña de incidencia sobre los aspectos del exceso de consumo del vino? cuando realmente donde se debe hacer incidencia es unas políticas de información de cuáles son:

Los consumos reales, que se consume realmente, donde se consume, quien lo vende o distribuye, la educación y conocimiento de la realidad de esos consumos en su incidencia a nivel de salud, psicológico o social.

En definitiva el vino tiene un difícil reto de limpiar permanentemente su identidad e imagen, que en parte ha ido también manteniendo y también ha ido en colaboración para que luego también se le identifique como una DROGA real y no un alimento, que en mi opinión no es ni una cosa ni otra.

El vino es algo en si mismo único que debiera ser tratado con más respeto, dignidad y elegancia por parte de muchos que están cercanos a él y no hacen sino estorbar o negar, como medios de comunicación, nuevos aficionados, “profesionales” de cierto pelaje o políticos gestores que equivocan más que ayudan.