lunes, 2 de marzo de 2009

GRANDE, MUY GRANDE, GRANDÍSIMO...

     Después de mucho tiempo en esta existencia que me (nos) ha tocado vivir, parece que todo está asequible a todo el “mundo” o toda la “gente”, y después de mucho tiempo, todo en verdad es grande y nosotros o al menos yo soy pequeño. Explico esto porque creemos y peor aún nos hacen creer que solo con el conocimiento, la personalidad o la fuerza individual somos grandes, y la realidad no es así.
En el sector del vino al ser grande es como en todos los sectores, pertenecer o ser un gran productor con una gran marca consolidada, o estar entre el selecto grupo de los críticos, o aficionados que viven y se retroalimentan de “ese” círculo de inexpugnable acceso, dado que así se garantiza la fortaleza de lo “grande”.
Porque si un individuo mantiene posturas fuera de ese “cerrado” círculo, seguirá siendo pequeño y cada vez será más pequeño, porque lo grande será muy grande. Un ejemplo fácilmente entendible son los seguidores de los dos grandes equipos de futbol de España, que son de esos equipos aún estando viviendo en otras localidades que tienen equipo propio, sigo con él ejemplo en ciertos sitios de Castilla-la Mancha o Extremadura que en otros campos como la política o la forma de vivir la vida, mantienen posturas adversas a ciudades como Madrid o Barcelona, en cuanto a lo que son simplemente, sin embargo son capaces sus “seguidores”, dejar todo por ver un partido de estos equipos haciendo en definitiva más grandes a estos equipos y al de su ciudad o pueblo dejándole más pequeño, o haciendo casi que desaparezca con tal de pertenecer a lo grande, quizá por miedo a la “soledad” en este mundo de “libertades” y “voluntades” para todo el mundo.
En resumen ser o estar en lo grande es bueno si estás como “te dicen” que debes estar, y sí así quieres estar. Aceptando todas las consecuencias de mantenerte en lo grande, por tanto así será difícil ir en libertad a tomarse unos vinos totalmente diferentes, nuevos ó “no” conocidos a tabernas especializadas ó técnicas, dado que con toda seguridad estas no apoyarán mucho a lo grande quedándose cada vez más pequeñas.
Creo por tanto que la “grandeza” real está en las pequeñas cosas, que en lo tocante al vino en las pequeñas tabernas se puede encontrar “grandes vinos” que muy difícil se encontrarían en los grandes, dado que siempre tienen mucho de otros grandes para todos esos que se quieren sentir “grandes”, con la intención de ser mas grandes, muy grandes, grandísimos…

1 comentario:

m dijo...

Leo a veces este blog y nunca he dejado un comentario, pero siempre hay un momento para todo. En general estoy de acuerdo con su opinión, pero he de discrepar en algo. Algunos de los que ahora llama "los grandes" empezaron siendo pequeños y han sabido crecer para llegar a ser lo que hoy son (del círculo de aprovechados y entendidos que se arriman a ellos, prefiero no opinar)

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