VANIDAD DE VANIDADES...

     ¿Cuánto tiempo nos hace falta realmente para que un vino sea pagado por lo que cuesta? ó ¿por lo que vale? Es difícil supongo poner “puertas al campo”, también es difícil “coger agua del mar con un colador”, pero esta tan difícil poner unos precios al producto final que sean cuando menos no honestos o solo que sean coherentes.

Hace unos días en la Taberna que regento en Toledo, tuve una visita entre tantas que tomó unos vinos entre ellos Teatinos joven y Don Antonio del Águila, amén de algún otro con un par de raciones, y que creo que admirado y quizá encantado, por tanto yo desde aquí agradezco su presencia en la taberna, que además fue discreta con el personaje en cuestión, se trato de Tom “el sueco” del programa de las tardes de RNE-1 “ASUNTOS PROPIOS” conducido por Toni Garrido “él balear”. Que conste que por la taberna han pasado muchos personajes de cierta figura, presencia o importancia, y es la primera vez que rompo esta discreción.

Cuento esto porque personajes de este calado social estarán acostumbrados a ir a espacios que los precios mantienen una sintonía, (con mucho ruido de “huevo frito” en realidad) de precios finales “en excesiva altitud”, haciendo realmente complicado que el consumo se regenere, realmente creo a este tipo de establecimiento no le interesa en absoluto que este en retroceso permanente el consumo del vino, dado que dentro de sus “microcosmos” viven perfectamente, por encima a la realidad social.

El nuevo presidente de un equipo de futbol empresario del sector que se ha quedado bloqueado y ha parado (congelado) el milagro económico español, resulta que es capaz de hacer operaciones multimillonarias, en estos momentos de “dificultad social y económica” con los parabienes de todo el conjunto de la sociedad, desde los más ricos, los políticos, los empleados o los “mas parados”, viene esto porque personas de esta órbita les importa poco que por un vino joven que la botella cuesta 2.10 euros + IVA, cobren 3.80 euros la copa (de una botella pueden salir hasta 7 copas), en uno de los locales (de estilo) del barrio de Salamanca de Madrid, eso sí con un servicio un tanto peculiar (normal) dado que si te descuidas te cobran otro precio más alto y no pasa nada.

Este establecimiento en concreto como los de su órbita justificará, que es un espacio de moda, que tiene somelier y lo tiene (diciendo que lo han “fichado” de otro sitio semejante, quizá para darle así importancia) que el precio de las cosas en España es de precios libres. Creo que de una vez por todas “alguien” debe poner freno y marcar los límites reales, no se pone límite al precio de los carburantes...